Por la Cuesta de Miranda

Un sorprendente camino de cornisa se extiende por el oeste de la provincia de La Rioja, presentando paredones de tonalidades rojizas a lo largo de diez kilómetros.

El recorrido se extiende en paralelo a la precordillera dando paseo a varios destinos para descubrir como Chilecito, la segunda ciudad más importante de La Rioja.

Siguiendo el camino por la Cuesta de Mirando aparece Famatina, una población emplazada a orillas de un río y valle de igual nombre.

Forman parte de los lugares donde detenerse para quienes transiten por la Cuesta de Miranda los pueblos de Nonogasta y Vichigasta donde retamos, chañares y algarrobos se adueñan del paisaje junto con lugareños de arraigadas costumbres.

Aparece en el trayecto que dibuja la Cuesta de Miranda, un espejo de agua que contrasta con el rojizo del paisaje, se trata del río Miranda, bordeado por álamos, sauces y nogales.

Y si el vértigo no se apodera de las emociones, una de las recomendaciones es el mirador “Bordo Atravesado”, el punto más del camino, el cual se levanta a un poco más de dos mil metros sobre el nivel del mar. Es  ideal para admirar la obra de arte que la naturaleza labro, la Cuesta de Miranda.

La travesía puede continuar rumbo a Villa Unión, un maravilloso pueblo conocido por ser la puerta de entrada al Parque Nacional Talampaya.

Para quienes se animen a conocer los paisajes de la sorprendente Cuesta de Miranda deben tomar la ruta 38 y luego seguir rumbo a Chilecito, lugar recomendado para descansar un rato y almorzar. La siguiente indicación es tomar la ruta 40 hasta Nonogasta.

El camino está asfaltado, solo una parte es de arcilla, pero no es cuestión de preocuparse porque es perfectamente transitable.

Hay que ir con tiempo, es necesario como mínimo un día completo para disfrutar al máximo de la Cuesta de Miranda.